“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
Colosenses 3:23-24
Vivimos en un mundo en el que todos quieren ser reconocidos y alabados, y la palabra EXITO esta en la mente de todos, es así como el sistema de este mundo controla a todas las personas, pues desde muy niños (desde la escuela) se nos inculca la competencia y la calificación como parte fundamental para definir quién es mejor que los demás, sumado a esto en muchos hogares se acostumbra a resaltar a unos hijos y a otros no, colocando a uno y a otro como ejemplo, es así como crecemos con un sentido muy alto de competencia, y solo cuando llegamos a Cristo, Dios empieza a limpiarnos de todo eso, a unos más que a otros e inicia a tratar con ese aspecto de nuestras vidas. En ocasiones con pruebas para doblegar el orgullo y el ego, porque es necesario dejarlo todo para ser siervo del Señor, pues nos dijo:
“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
Marcos 8:34
Y es por eso que dijo el apóstol Pablo, que lo que tenía en este mundo lo tenía por basura:
“Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.”
Filipenses 3:4-12
Y todo esto es porque la condición humana desde la caída de Adán y Eva nos ha hecho creernos dioses, queriendo ser adorados y teniendo la adoración o culto a nosotros mismos. Esta ha sido la misma mentira con la que satanás ha engañado y sigue engañando a toda la humanidad desde el principio.
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
Génesis 3:1-7
Por eso nuestros Señor nos advierte:
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.”
Mateo 6:1
La tendencia nuestra es hacer todo para ser visto por los demás y de esa manera, cuando las personas nos reconocen y nos aplauden, llenamos nuestro ego, es por eso que Jesús le decía HIPÓCRITAS a los fariseos, porque todo lo que hacían era para ser vistos por los hombres.
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.”
«Hasta el mejor saludo es un insulto grave, si se hace a gritos y en la madrugada. No presumas hoy de lo que piensas hacer mañana; ¡nadie sabe lo que traerá el futuro! No presumas de ti mismo; deja que te alaben los demás.»
Proverbios 27:14
“El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de mañana, Por maldición se le contará.”
Proverbios 27:14 RVL 1960
Así pues la invitación de hoy es a dejar el orgullo y la vanagloria dejando toda HONRA Y GLORIA para nuestro Señor Yeshúa Ha Mashiaj, el único que debe ser exaltado.