“Si obedecen todo lo que yo les he mandado, los amaré siempre, así como mi Padre me ama, porque yo lo obedezco en todo. »Les digo todo esto para que sean tan felices como yo.”
San Juan 15:10-11 TLA
Nuestro Señor Yeshúa Ha Mashiaj nos enseña lo que verdaderamente es la obediencia y el sometimiento total a la voluntad de Dios, pues llegó hasta la muerte y soportó toda clase de maltrato para que fuera cumplido el propósito del Padre Santo que está en los cielos. Es así como Yeshúa mismo es enfático en obedecer lo que Dios tiene destinado para su vida.
Veamos lo que le dice a Pedro cuando lo quiere hacer desobedecer al Padre:
“Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a sus discípulos lo que le iba a pasar: «Tendré que ir a Jerusalén, y los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después resucitaré.» Entonces Pedro se llevó a Jesús aparte y lo reprendió por hablar así. Le dijo: —¡Eso no puede sucederte, Señor! ¡Que Dios nunca lo permita! Jesús se volvió y le dijo: —¡Pedro, estás hablando como Satanás ! ¡Vete! Tú no entiendes los planes de Dios, y me estás pidiendo que los desobedezca. Luego Jesús les dijo a sus discípulos: «Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga. Si sólo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se salvarán . De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla. Porque yo, el Hijo del hombre , vendré pronto con el poder de Dios y con mis ángeles , para darles su premio a los que hicieron el bien y para castigar a los que hicieron el mal. Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que me vean reinar.»
San Mateo 16:21-28 TLA
Es así como Jesús nos dice lo que le dice a Pedro, que debemos colocar los ojos a las cosas de Dios y no en las de la tierra, pues por obedecer a Dios muchas veces seremos odiados, vituperado, perseguidos por causa de su nombre pues no lo advirtió cuando dijo:
»Los que se interesan sólo por las cosas de este mundo los odian a ustedes, pero recuerden que primero me odiaron a mí. Ellos los amarían a ustedes, si ustedes fueran como ellos. Pero ustedes ya no son así, porque yo los elegí para que no sean como ellos. Por eso ellos los odian a ustedes. »¿Recuerdan que les dije que ningún sirviente es más importante que su jefe? Por eso, si la gente que sólo ama a este mundo me ha maltratado a mí, también los maltratará a ustedes. Pero si esa gente hace caso de lo que yo digo, también hará caso de lo que digan ustedes. Todo esto les va a pasar por ser mis discípulos , y porque los de este mundo no conocen a Dios, que fue quien me envió. »Esa gente no sería culpable por sus pecados si yo no hubiera venido a hablarles, y si delante de ellos no hubiera hecho yo cosas que nadie jamás ha hecho. Pero aun así me odian a mí, y también a mi Padre. Porque el que me odia, también odia a mi Padre. Pero todo esto debe suceder para que se cumpla lo que está escrito en la Biblia : “Me odian sin motivo.”
San Juan 15:18-25 TLA
Pero aún así todavía no hemos padecido hasta la sangre como dice el autor de Hebreos, cuando no coloca como ejemplo a Yeshúa diciendo:
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.”
Hebreos 12:3-8 RVR1960
Pero sabemos que la obediencia a nuestro Señor Yeshúa Ha Mashiaj rinde frutos de justicia a nuestras vidas, y es así como a través de las pruebas y la disciplina del Señor nos genera el fruto del espíritu que es:
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
Gálatas 5:22-24 RVR1960
Para concluir vale la pena esforzarnos para obedecer al Señor en todo, porque gran galardón tenemos en esta vida y en la Postrera, como dice su palabra que hay un resultado de la obediencia y otro de la desobediencia:
RESULTADOS DE LA OBEDIENCIA
“Moisés continuó diciendo: «Si ustedes obedecen todos los mandamientos de Dios que hoy les he dado, serán su pueblo favorito en toda la tierra, y recibirán siempre estas bendiciones : »Dios los bendecirá dondequiera que vivan, sea en el campo o en la ciudad. »Dios bendecirá a sus hijos, y a sus cosechas y ganados. »Dios los bendecirá en sus hogares, en sus viajes, y en todo lo que hagan. Siempre serán muy felices en el país que Dios les dará. Nunca les faltarán alimentos y siempre tendrán pan en la mesa. »Dios les dará a ustedes la victoria sobre sus enemigos. Podrán venir contra ustedes ejércitos en orden de batalla, pero tendrán que huir en completo desorden. »Si obedecen a Dios en todo, él cumplirá su promesa y ustedes serán su pueblo especial. Entonces todos los pueblos verán que ustedes son el pueblo de Dios, y les tendrán miedo. »Cuando ya estén ustedes en la tierra que Dios prometió dar a sus antepasados , él los tratará con bondad. Les permitirá tener muchos hijos, y hará que sus ganados se multipliquen. »Todo lo que ustedes siembren producirá abundantes cosechas, pues Dios abrirá los cielos, donde guarda la lluvia, y regará los sembrados de ustedes. En todo lo que ustedes hagan, siempre les irá bien. Nunca tendrán que pedir prestado nada; al contrario, ustedes tendrán de sobra para prestarles a otros países. »Si ustedes obedecen los mandamientos de Dios y nunca lo desobedecen ni adoran a dioses falsos, siempre serán el país más importante del mundo.”
Deuteronomio 28:1-14 TLA
CONSECUENCIAS DE LA DESOBEDIENCIA
»Pero si no obedecen los mandamientos de Dios, que hoy les he dado, serán castigados y caerán sobre ustedes las siguientes maldiciones: »Maldito será todo lo que hagan en la ciudad o en el campo. »Malditas serán las uvas y el trigo que cosechen, y el lugar donde hagan el pan. »Malditos serán sus hijos, y sus cosechas, y las crías de sus vacas y ovejas. »Malditos serán en todo lo que hagan. »Si se portan mal y se apartan de Dios, él los maldecirá y los hará sufrir, a tal grado que ustedes no sabrán qué hacer. Muy pronto serán destruidos. Dios enviará enfermedades terribles que acabarán con todo el país, y ustedes se verán atacados por la fiebre y las inflamaciones. Nada de lo que siembren cosecharán, pues los saltamontes acabarán con todo. Será tanto el calor que todos sus sembrados se secarán, pues Dios no dejará que llueva. En vez de lluvia, Dios enviará polvo y arena hasta destruirlo todo. »Cuando sus enemigos vengan a atacarlos, ustedes ordenarán su ejército para responder al ataque, pero acabarán huyendo en desorden y serán derrotados por completo. Sus cadáveres quedarán tendidos por el suelo, y nadie podrá impedir que sean devorados por las fieras y los buitres. Al ver esto, los demás países se espantarán. »Dios los castigará con muchas enfermedades incurables, y se llenarán de tumores, sarna y comezón. Además, les saldrán llagas en la piel, como las que les salieron a los egipcios. »Muchos de ustedes se volverán locos, y otros se quedarán ciegos. Todos en Israel estarán tan confundidos que no sabrán qué hacer ni a dónde ir. Nada les saldrá bien, y otros países los maltratarán y les robarán, pero nadie vendrá en ayuda de ustedes. »Si alguno se compromete en matrimonio, no llegará a casarse, pues otro se quedará con su novia. Si alguno construye una casa, no llegará a habitarla. Y si alguno siembra un viñedo, no llegará a disfrutar de las uvas. »Delante de ustedes matarán a sus toros, pero ustedes no probarán un solo pedazo de carne. Y si alguien les arrebata su burro, jamás volverán a verlo. Sus enemigos les robarán sus ovejas, pero nadie los ayudará a rescatarlas. »Les arrebatarán a sus hijos y a sus hijas, sin que ustedes puedan evitarlo. Se los llevarán a otro país, y ustedes nunca más volverán a verlos. »En todo momento gente desconocida les robará, los maltratará, y cosechará lo que ustedes sembraron; será gente extraña la que disfrute de lo que ustedes con tanto esfuerzo produjeron. »Además, Dios los castigará con llagas en todo el cuerpo, y nada podrá curarlos. Y cuando ustedes vean todo esto, se volverán locos. »Dios también permitirá que ustedes y su rey caigan prisioneros, y que se los lleven a un país que jamás conocieron sus antepasados . Allí tendrán que adorar a dioses falsos, hechos de madera y de piedra. Y a dondequiera que nuestro Dios los lleve, la gente se sorprenderá de todo lo que les habrá pasado. Se burlarán de ustedes, y hasta chistes harán de lo que les suceda. »Sembrarán mucho, pero no cosecharán nada, porque los saltamontes se lo comerán todo. Sembrarán viñedos, y cuidarán sus plantas, pero no recogerán ni una sola uva, porque los gusanos se lo comerán todo. De esas uvas no beberán ni una gota de vino. Plantarán árboles de oliva, pero no recogerán ni una sola aceituna. Tampoco sacarán de ellas una sola gota de aceite, porque todas se caerán antes de tiempo. Tendrán hijos, y también hijas, pero no podrán tenerlos a su lado porque serán llevados prisioneros a otros países. »Todos los árboles y las frutas que haya en sus terrenos, serán devorados por los saltamontes. Los extranjeros que vivan en su país se harán cada vez más ricos, mientras que ustedes se harán cada vez más pobres. Tan ricos serán ellos que hasta podrán prestarles dinero; en cambio, ustedes no tendrán nada que prestar. Ellos llegarán a ser los más importantes de la tierra, mientras que ustedes llegarán a ser los más insignificantes». Moisés continuó diciendo: «Si no obedecen los mandamientos de Dios, estas maldiciones acabarán por completo con ustedes. Todo el mundo se dará cuenta de que ustedes y sus descendientes se han ganado este castigo para siempre, porque Dios los trató bien, pero ustedes no lo obedecieron ni lo adoraron con alegría y sinceridad. Por eso Dios enviará contra ustedes muchos enemigos, y ellos harán de ustedes sus esclavos. Dios les quitará todo y vivirán en la pobreza. No tendrán comida, ni agua, ni ropa. ¡Serán esclavos, y acabarán por ser destruidos! »Desde muy lejos Dios les traerá un pueblo enemigo. Vendrá de un país que ustedes no conocen, y del que no entienden su idioma. Esa gente sabe atacar con gran rapidez, como el águila en vuelo. Son crueles, y se comerán todo el ganado y todo lo que ustedes hayan sembrado. No les dejarán para comer nada de trigo ni de vino ni de aceite. ¡Será la ruina! ¡El hambre acabará con todos! ¡Ni a los niños ni a los ancianos les perdonarán la vida! »Esa gente rodeará todas las ciudades que Dios les ha dado, y las atacará; derribará esas altas y fuertes murallas en las que ustedes confían. Y mientras ellos mantengan rodeadas las ciudades, ustedes no tendrán nada que comer. »Será tanta el hambre que sentirán ustedes, que se comerán a los hijos y a las hijas que Dios les dio. Esto lo hará hasta el israelita más bueno y educado, y no compartirá esa carne con nadie; ni con su hermano, ni con su amada esposa, ni con los hijos que le queden con vida. »Aun la israelita más fina y delicada, que nunca supo lo que era andar descalza, se comerá a escondidas los hijos que dé a luz, y con nadie compartirá su alimento. ¡Ni siquiera la placenta dejará! »¡En verdad sus enemigos los harán sufrir!» Finalmente, Moisés les dijo a los israelitas: «Si no respetan a nuestro grande y poderoso Dios, ni obedecen los mandamientos escritos en este libro, Dios los castigará a ustedes y a sus descendientes . ¡Los hará sufrir terribles enfermedades, que nadie podrá curar! »¿Se acuerdan de los horribles castigos que Dios envió sobre Egipto? Pues esos mismos castigos vendrán sobre ustedes en todo momento, y recibirán otros que ni en el libro de la Ley se mencionan, hasta que todo Israel sea destruido. »Ahora ustedes son un pueblo muy numeroso; pero si no obedecen a Dios, quedarán sólo unos cuantos. Ahora Dios está contento con ustedes, y los trata bien y hace que crezcan más y más en número; pero, si no obedecen, Dios estará feliz de destruirlos, y por la fuerza los expulsará del territorio que ahora les da. Tendrán que vivir en otros países, y allí adorarán a dioses falsos, hechos de madera y de piedra, que ni ustedes ni sus antepasados conocieron. »En esos países nunca tendrán paz ni seguridad. Tendrán sólo tristeza, porque Dios hará que vivan asustados y sin ninguna esperanza. Noche y día vivirán llenos de miedo, y verán cosas tan terribles que al llegar la mañana desearán que ya fuera de noche, y al llegar la noche querrán que ya fuera de día. »Aunque Dios prometió que ustedes nunca volverían a Egipto, él los pondrá en barcos y los hará volver. Allí serán puestos a la venta, como esclavos, pero nadie querrá comprarlos».
Deuteronomio 28:15-68 TLA
Que nuestro Señor Yeshúa Ha Mashiaj nos guíe a toda verdad.
Amén