“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
Tantos años vividos y pasados en nuestras vidas bajo el yugo de la esclavitud del pecado, hacen que desde el día de nuestro NUEVO NACIMIENTO, la libertad nos llene de gozo, es así como Yeshúa en este pasaje bíblico nos enseña la libertad que nos es dada a través de su palabra y su santo espíritu, pues las cosas pasadas quedaron en el ayer, y solo vivimos en el hoy y en la gloria postrera del mañana, bien dijo Isaías:
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.”
Isaías 43:18-19
Porque un nuevo nacimiento nos es dado y no es por que nosotros lo quisiéramos o pidiéramos, sino porque a Dios le plació hacerlo, pues escrito está:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Efesios 2:1-10
Es así como nosotros no hacemos absolutamente nada por nadie para que nazca de nuevo, ni para que crea en el Señor, solo predicamos el evangelio como nos fue encomendado, pues es Dios quien en su infinita misericordia hace que nazcamos de nuevo para vida eterna. Así es como nos muestra que lo hacía en la iglesia primitiva lo sigue haciendo hasta el día de hoy.
“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
Lastimosamente en la actualidad se han metido falsas enseñanzas a la iglesia y es por eso que hay mucha confusión hoy en día, pues estos falsos maestros dicen que si ayunamos y clamamos, Dios hará que nuestras familias crean en ÉL, y con esto no quiero decir que no debemos orar por nuestra familia, pero sí quiero aclarar que es Dios en su voluntad quien decide si hará esto o aquello por alguien, lo único que debemos hacer es predicar el evangelio a toda criatura, incluida nuestra familia, y desarrollar el carácter de Cristo en nuestras vidas, siendo firmes y decididos a dejarlo todo por Él, alabarlo en todo tiempo y a toda hora, dándole la gloria en todo, así como vemos que sucedió con el carcelero de Pablo y Silas.
“Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.”
Hechos 16:23-34
Como podemos ver a Pablo y Silas el carcelero los deja con los pies atados, después de haber recibido los azotes típicos de la época, 39 azotes eran los que acostumbraban a dar, así como los que recibió Yeshúa (nótese que dice: “despues de haberles azotado mucho”), vemos que ellos en lugar de estar tristes y abatidos, están alabando, orando y cantando himnos a Dios. Todo esto hace que el carcelero vea la fe en medio de la tribulación y quiera conocer del Señor, es allí cuando la predicación del evangelio es fundamental, pues casi siempre en las situaciones extremas es que Dios se glorifica, pues no es con ayunos ni oraciones, no es por obras es por voluntad de Dios. Y muchos a través de la historia han creído después de ver el martirio de los cristianos. Escuchaba a un predicador decir que “la sangre de los mártires es el agua con que se riega la semilla del evangelio”.
En este pasaje también notamos que Pablo dice que si crees en nuestro Señor Yeshúa será salvo él y su familia, pero no es porque el carcelero crea que se salvará la familia, ni tampoco Dios está obligado a salvar a toda su familia, como mal enseñan algunos, asumiendo que Dios tiene que salvar a todos los de mi familia porque yo he creído, muchas personas se aferran a eso como una promesa de Dios y por eso cuando muere un familiar sin Cristo, su fe se quebranta, lo que muestra el pasaje completo es que cuando salieron fueron a la casa del carcelero y PREDICARON EL EVANGELIO y los de la casa creyeron, se bautizaron y fueron salvos. las falsas promesas y enseñanzas fuera de contexto son el típico problema de hoy, y todo por no leer toda la biblia o todo el capitulo, sino que lo único que hacen es partir la palabra solo por versículos y no aplicar el contexto bíblico.
Es así como vemos que es muy necesaria la verdad del evangelio y la sana doctrina para que haya un verdadero nacimiento, y esto solo se da porque Dios así lo permite, pues lastimosamente las falsas enseñanzas se han metido a la iglesia y no hay un verdadero abono que haga que esa semilla crezca en buena tierra y eche raíces, sino al contrario abonan deseos carnales, de este mundo y venden un falso evangelio, en que dicen que la salvación se pierde, cuando el verdadero problema es que las personas NUNCA NACEN DE NUEVO, porque estas congregaciones están atestadas de falsos cristianos que creyéndose cuentos y fábulas se la pasan ayunando, clamando y peleando con satanás, arrebatando bendiciones y arrebatándole cosas al diablo, mirando al diablo en todas partes y nunca colocando los ojos en Yeshúa el autor y consumador de la fe. Bien dijo el predicador Paul Washer “las personas que asisten a esas congregaciones no están engañadas, están allí porque eso es lo que quiere su corazón” pues nuestro Señor bien dijo:
“pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”
Juan 10:26-29
Es por que cuando le queremos hablar de la verdad bíblica a estas personas que asisten a estas congregaciones de doctrinas de demonios, muchos prefieren dejarnos de hablar, apartarse de nosotros por defender a sus pastores y doctrina a toda costa, pues como nos dice Yeshúa mis ovejas oyen mi voz, así que estas personas no son del redil de nuestros amado Señor, lo más triste es que la tragedia más grande que le puede suceder a una persona es lo que les espera, pues bien lo dice la palabra:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
Lastimosamente, muchos creyendo ser salvos se llevarán está triste y fatídica sorpresa, y todo porque NUNCA NACIERON DE NUEVO. Yeshúa le explica a Nicodemo cómo es una persona nacida en espíritu.
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
Y Pablo le escribe a los Corintios:
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;”
Es así que cuando nacemos de nuevo, somos trasladados del reino de las tinieblas al reino de la Luz.
“con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”
Pues cuando nacemos de nuevo somos redimidos del pecado y ya no somos esclavos de este, pues como dice en romanos:
“¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 6:15-23
Así pues mis hermanos TODO TIEMPO PASADO QUEDÓ EN EL AYER, SI SOMOS CRISTIANOS HEMOS NACIDO DEL ESPÍRITU Y TODO ES HECHO NUEVO, PARA LA HONRA Y GLORIA DEL NUESTRO SEÑOR Y ÉL NUNCA NOS SOLTARÁ DE SU MANO Y AUNQUE NOS QUERAMOS APARTAR DEL REDIL, ÉL NOS IRÁ A BUSCAR, COMO LO MUESTRA LA PARÁBOLA DE LA OVEJA PERDIDA:
Parábola de la oveja perdida
“Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Él entonces les contó esta parábola: «Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido”. Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.”
Lucas 15:1-7
DIOS NOS BENDIGA Y LLEVE A TODA VERDAD.